Los humedales generan
una gran variedad de productos de plantas, animales y minerales que son
utilizados por personas de todo el mundo, ya sean habitantes de comunidades locales
rurales como de lejanas ciudades de países extranjeros. Los productos de los
humedales van desde los alimentos básicos, como el pescado y el arroz, hasta la
madera de construcción, leña, aceite vegetal, sal, plantas medicinales, tallos
y hojas para la fabricación de tejidos, y forraje para animales. La intensidad
y escala con que se cosechan y emplean esos productos puede ir desde
explotación para subsistencia, con una intensidad reducida, hasta explotaciones
comerciales intensivas en las que participan empresas multinacionales[1].
El papel de los humedales se vuelve más relevante en cuanto que el 75%
de las existencias comerciales de peces y mariscos dependen de los estuarios[2].
Estos mismos ecosistemas costeros dependen a su vez de los humedales de agua
dulce que se encuentran en cursos superiores para mantener la calidad del agua y
constituir el primer paso de la cadena alimentaria, llegando a ser consumidos
por los seres humanos como alimentos marinos. Además, los sistemas de arrecifes
de coral ofrecen lugares críticos de incubación y cría para la pesca mundial.