domingo, 25 de marzo de 2012

Los humedales y el control de inundaciones


Existen diferentes tipos de humedales que desempeñan un importante papel en el control de las inundaciones en distintas situaciones. Uno de estos casos se da en las zonas altas de algunas cuencas hidrográficas, donde las turberas y los pastizales húmedos actúan como esponjas al absorber el agua de la lluvia, permitiendo que se filtre de una manera más lenta en el suelo, reduciendo así la velocidad y el volumen de escorrentía que entra en los arroyos y ríos. Esto resulta en que los niveles de agua en los canales más amplios, aguas abajo, también aumenten de tamaño más lentamente, con lo que se vuelve menos probable que las vidas humanas y los medios de sustento resulten afectados por repentinas inundaciones destructivas.
            Se considera que en los últimos 100 años aproximadamente se han drenado zonas extensas de las llanuras de inundación y se han separado de los ríos que las inundaban mediante diques artificiales, como son bancales, terraplenes, barreras o lomas[1]. Por tanto, el agua que solía extenderse lentamente y de forma relativamente poco profunda a lo largo de amplias llanuras inundables se concentra necesariamente en zonas cada vez más reducidas. El resultado de modificar el ecosistema ha dado lugar a que las inundaciones sean más intensas, siendo mayores las probabilidades de causar impactos dañinos o incluso catastróficos.


[1]Butchart, Stuart, et. al., Los ecosistemas y el bienestar humano: humedales y agua. Informe de Síntesis,  Washington DC, World Resources Institute, 2005,

domingo, 18 de marzo de 2012

Obligaciones de las Partes Contratantes de la Convención


El tratado prevé cuatro compromisos principales que las Partes Contratantes asumen al adherirse.
La primera obligación de cada Parte Contratante es designar en el momento de la adhesión por lo menos un sitio para ser incluido en la Lista de Humedales de Importancia Internacional y promover su conservación. “La selección de los humedales que se incluyan en la Lista deberá basarse en su importancia internacional en términos ecológicos, botánicos, zoológicos, limnológicos o hidrológicos.”[1]. Las Partes Contratantes han elaborado criterios y lineamientos específicos para identificar sitios que cumplen los requisitos para ser inscritos en la Lista de Ramsar. Además, cada Parte se ha comprometido a tomar “las medidas necesarias para informarse lo antes posible acerca de las modificaciones de las condiciones ecológicas de los humedales en su territorio e incluidos en la Lista, y que se hayan producido o puedan producirse como consecuencia del desarrollo tecnológico, de la contaminación o de cualquier otra intervención del hombre. Las informaciones sobre dichas modificaciones se transmitirán sin demora”[2] a la Secretaría de Ramsar.
Las Partes Contratantes tienen también el deber general de incluir las cuestiones relativas a la conservación de los humedales en sus planes nacionales de uso del suelo. Se comprometen a elaborar y aplicar su planificación de forma que favorezca, en la medida de lo posible, “el uso racional de los humedales de su territorio”[3]. La Conferencia de las Partes Contratantes ha aprobado lineamientos sobre cómo lograr el uso racional, que es definido como "el mantenimiento de sus características ecológicas, logrado mediante la implementación de enfoques por ecosistemas, dentro del contexto del desarrollo sostenible"[4]. La COP ha adoptado también orientaciones detalladas sobre la formulación de Políticas Nacionales de Humedales y la planificación del manejo de humedales específicos.
Otro aspecto relevante es el establecimiento de reservas de naturaleza en humedales, estén o no inscritos en la Lista de Ramsar, en donde se espera se promueva la capacitación en materia de estudio, manejo y custodia de los humedales. También se ha convenido el sostener consultas con otras Partes Contratantes sobre la aplicación de la Convención, especialmente en los casos donde existen humedales transfronterizos, sistemas hídricos compartidos y especies compartidas.



[1] Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional, Especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas, Ramsar, 1971,, Artículo 2.2
[2] Ibíd., Articulo 3.2
[3] Ibíd.., Articulo 3.1
[4] El concepto Ramsar de “uso racional”, Gland, Convención de Ramsar,  p. 1

viernes, 16 de marzo de 2012

Más sobre la Convención de Ramsar

El mensaje central de Ramsar es la necesidad de usar todos los humedales de forma sustentable, pero a pesar de ello lo más relevante de la Convención es la Lista de Humedales de Importancia Internacional, o Lista de Ramsar, en la que hasta ahora se han designado 1,967 humedales con una superficie de más de 190 millones de hectáreas para incluirlas en la lista y protección especial como ‘sitios Ramsar’.
La misión de la Convención de Ramsar, adoptada por las Partes en 1999 y revisada en 2002 es “la conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones locales, regionales y nacionales y gracias a la cooperación internacional, como contribución al logro de un desarrollo sostenible en todo el mundo”[1]. Los países que se adhieren a la Convención de Ramsar se vuelven parte de un esfuerzo internacional encaminado a garantizar la conservación y el uso racional de los humedales.
Se debe considerar que  la Convención de Ramsar no representa un régimen reglamentario ni prevé sanciones por el incumplimiento del tratado o de los compromisos derivados del mismo. Su estructura se basa en la expectativa de una transparente responsabilidad común y equitativamente repartida. En el caso de  algunas jurisdicciones las obligaciones pactadas de acuerdo a Ramsar se han incorporado al derecho y a las políticas internas que tienen efectos en sus sistemas judiciales, haciendo notable como incluso llega a modificar las legislaciones internas respecto a la materia. 


[1] ¿Qué es la Convención de Ramsar sobre los Humedales?, Gland, Convención de Ramsar,  p. 1

domingo, 11 de marzo de 2012

La Convención Ramsar


La Convención sobre los Humedales es un tratado intergubernamental aprobado el 2 de febrero  de 1971 en la localidad iraní de Ramsar, situada a orillas del Mar Caspio. La Convención ha pasado a conocerse comúnmente como la Convención de Ramsar. Ramsar es el primero de los tratados modernos de carácter intergubernamental sobre conservación y uso sostenible de los recursos naturales, pero en comparación con los más recientes, sus disposiciones son relativamente sencillas y generales. Con los años la Conferencia de las Partes Contratantes ha desarrollado e interpretado los principios básicos del texto del tratado y ha conseguido que la labor de la Convención se mantenga a la par de la evolución de las percepciones, prioridades y tendencias del pensamiento ambiental[1]
El nombre oficial del tratado, Convención relativa a los Humedales de Importancia Internacional especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas, refleja que en principio se concentraba en la conservación y el uso racional de los humedales sobre todo como hábitat de aves, sin embargo, con los años la Convención ha ampliado su ámbito de aplicación hasta abarcar la conservación y el uso racional de los humedales en todos sus aspectos, reconociendo que los humedales son extremadamente importantes para la conservación de la biodiversidad y el bienestar de las comunidades humanas. La Convención entró en vigor en 1975 y en la actualidad cuenta con 160 Partes Contratantes, o Estados miembros, de todo el mundo.


[1] Convención Ramsar, ¿Qué es la Convención de Ramsar sobre los Humedales?, Gland, Convención de Ramsar,  p. 1

viernes, 9 de marzo de 2012

Acercamiento al concepto de Seguridad Nacional


El concepto de seguridad nacional presenta en la actualidad una serie de problemas ya que es incapaz de responder a la realidad interna e internacional actual. La existencia de nuevos actores dan lugar a que la concepción tradicional de la seguridad nacional, enfocada hacia la el aspecto militar principalmente, sea insuficiente en un mundo donde la cuestión económica toma preeminencia día a día. Por ello me parece relevante retomar la definición otorgada por Robert Mandel que afirma que la “Seguridad nacional implica la búsqueda de seguridad física y psicológica, que es en mayor medida responsabilidad de los gobiernos nacionales, para prevenir que amenazas directas, principalmente del exterior, pongan en peligro la supervivencia de éstos regímenes, su ciudadanía o su forma de vida”[1].
Ésta definición, al referirse a la supervivencia de los regímenes, su ciudadanía o su forma de vida, en conjunción con los términos de seguridad física y psicológica, da a entender que no sólo se debe enfocar en una seguridad simplemente militar, sino que involucra factores tanto económicos, como políticos, sociales e incluso culturales. Al respecto Cathryn L. Thorup hace ciertas acotaciones que sirven para complementar la definición presentada anteriormente. En primer lugar habla que la “seguridad nacional debe ser específica para cada país, en la medida en que debe de reflejar los diferentes intereses nacionales”[2]. Además precisa que, “ante la existencia de amenazas no simplemente externas sino también internas, deben de tomarse en cuenta las condiciones económicas y sociales de un país para la definición de la misma (seguridad nacional)”[3].
Entendiendo entonces que la seguridad nacional debe de ser definida a partir de diferentes factores, que además responden a amenazas internas y externas y donde se deben de tomar en cuenta las condiciones de cada país de manera específica; los ecosistemas de los humedales y la preservación de los mismos, desde mi punto de vista se vuelve un aspecto que necesariamente debe de ser considerado como tema de seguridad nacional a partir de un estudio mucho más específico de los beneficios que otorgan estos ecosistemas a la población en general.


[1] Robert Mandel, The changing face of national security. A conceptual analysis, Greenwood Press, Londres, 1989, p. 21.
[2] Cathryn L. Thorup, “La formulación de la agenda de seguridad nacional para la década de los noventa; el dilema de la redefinición”, en En busca de la seguridad perdida. Aproximaciones a la seguridad nacional mexicana, Sergio Aguayo Quezada y Bruce Michael Bagley (compiladores), segunda edición, Siglo XXI editores, México, 2002, p. 97.
[3] Idem.

domingo, 4 de marzo de 2012

¿Seguridad Nacional?


Los humedales llevan a cabo diferentes funciones que pueden ser traducidas en beneficios más concretos para la población. Estos son: almacenamiento de agua; protección contra tormentas y mitigación de inundaciones; estabilización del litoral y control de la erosión; recarga de acuíferos; descarga de acuíferos; purificación de las aguas mediante la retención de nutrientes, sedimentos y contaminantes, y estabilización de las condiciones climáticas locales (principalmente la precipitación y la temperatura). En cuanto a beneficios económicos y sociales se encuentra el abastecimiento de agua, la pesca (permitida por el buen estado de este ecosistema), la agricultura (gracias al mantenimiento de las capas freáticas y a la retención de nutrientes en las llanuras inundables), producción de madera, recursos de vida silvestre y posibilidades recreativas y de turismo.
Al considerar los beneficios sociales y económicos que presenta la preservación de este ecosistema es observable que éstos superan a los obtenidos por la destrucción de los humedales, y que en conjunción a la exacerbación de los problemas ambientales existentes a causa de problemas como el cambio climático y la sobreexplotación de recursos, temas como éste pueden y deben de ser considerados como cuestiones de seguridad nacional.