Cada vez más deltas de todo el planeta presentan
problemas debido a que la continua afluencia de sedimentos que recibían en el
pasado está siendo bloqueada por las barreras construidas por el hombre,
especialmente las presas. Un ejemplo es la construcción de presas aguas arriba
y la extracción de agua para el regadío en el río Indo, en Pakistán. En este
caso se ha reducido el caudal del rio de tal forma que el volumen de sedimentos
que recibía el delta del Indo se ha reducido en un 75%, pasando de 400 millones
de toneladas antes de que se realizaran las obras de construcción, hasta sólo
100 millones de toneladas en la actualidad aproximadamente. Como consecuencia
de ello, el delta se ha ido erosionando gradualmente, provocando la degradación
y la pérdida de manglares y otros ecosistemas de humedales que prestan apoyo a
los medios de vida humanos y la biodiversidad[1].
Una consideración necesaria es que la
capacidad de los humedales para tratar sedimentos y nutrientes es limitada.
Cuando las masas de agua son enriquecidas artificialmente se da lugar a un
proceso llamado eutrofización, originado normalmente por la escorrentía de
aguas residuales o fertilizantes. Esto provoca crecimientos masivos de algas
que impiden que las plantas y animales acuáticos obtengan oxígeno y luz,
llegando a destruir el ecosistema original del humedal. Si bien los humedales,
tanto naturales como artificiales, pueden contribuir a reducir los efectos de
la eutrofización, es básico que se preste una mayor atención al control de la
contaminación en el origen.
[1]
Shah Amjad, et al., Degradation of Indus Delta Mangroves in
Pakistan, International Journal of Geology, Núm, 3, Vol. 1, 2007, p. 29
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