Entre los diversos ejemplos que existen en cuanto a la depuración del agua por parte de los humedales se encuentra el de la sociedad
cooperativa de pescadores de Mudialy. Este colectivo de 300 familias arrienda 70 hectáreas en las
que se vierten las aguas residuales de la ciudad, y a través de una serie de
procesos naturales de tratamiento, entre los que se encuentra la utilización
del Eichhornia crassipes y otras plantas para absorber aceites, grasas y
metales pesados, la cooperativa ha transformado la zona en una próspera granja
piscícola y parque natural. En el periodo 2005-06, la cooperativa vendió pescado
por un valor superior a 135,000 dólares EE.UU. y repartió entre sus miembros
beneficios por un valor superior a 55.000 dólares EE.UU.[1]
El valor económico de
la función de depuración de los humedales presenta un potencial enorme. En 1997
la ciudad de Nueva York comprobó que podía evitar gastar de 3.000 a 8.000 millones de
dólares EE.UU. en nuevas plantas de tratamiento de aguas, con gastos de
funcionamiento de 700 millones de dólares anuales, si invertía solo 1,500
millones de dólares en la adquisición de tierras y en medidas de manejo de la
conservación con la finalidad de proteger los humedales de la cuenca
hidrográfica; los humedales realizarían el trabajo de depurar el suministro
público de agua sin costo alguno[2].
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