miércoles, 16 de mayo de 2012

Los humedales y la depuración de agua


En cuanto a la depuración del agua, los ecosistemas de los humedales bloquean los contaminantes en sus sedimentos, suelos y vegetación, siendo capaces de reducir considerablemente las altas concentraciones de nutrientes, como el nitrógeno y el fósforo, asociados comúnmente a la escorrentía agrícola y los afluentes de aguas residuales. Además pueden evitar que esos mismos nutrientes lleguen a alcanzar niveles tóxicos en las aguas subterráneas que se utilizan para beber. Otro aspecto relevante es que contribuyen a reducir el riesgo de eutrofización de las masas de agua superficial. 
Muchas plantas de humedales presentan la capacidad de eliminar sustancias tóxicas procedentes de plaguicidas, derrames industriales y actividades mineras. Los tejidos de algunas plantas flotantes, especialmente del Eichhornia crassipes (jacinto de agua), la Lemna (lenteja de agua) y el Azolla (helecho de agua) son capaces de absorber y ‘almacenar’ metales pesados, como el hierro y el cobre, contenidos en las aguas residuales. La cantidad de metales pesados absorbidos por las plantas depende de un conjunto de factores como la velocidad del caudal de agua, el tamaño de la superficie de tratamiento, el clima o el tipo de plantas utilizadas, pero en general las concentraciones son mucho mayores en los tallos, hojas y raíces de las plantas que en las aguas residuales que se tratan, lo que muestra claramente la eficacia de la vegetación de los humedales actuando como una especie de biofiltro[1].


[1] Butchart, Stuart, et. al., Los ecosistemas y el bienestar humano: humedales y agua. Informe de Síntesis,  Washington DC, World Resources Institute, 2005,  p. 7

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